EL ENAMORADO DEL AGUA
Por: Christopher Ceppi
El ARA General Belgrano se encontraba navegando a unas 200 millas de las Islas Malvinas, y fuera de la zona de guerra establecida. Había 1093 tripulantes a bordo, entre ellos Rubén Isidoro Boutrón, cabo principal de la Armada.
Rubén nació en Alvear, Corrientes, un pueblo ubicado en el este de la provincia y fundado en 1863 en homenaje al general Carlos de Alvear, en la desembocadura del Río Aguapey, a unos metros del río Uruguay que divide Argentina de Brasil. Allí es donde pasaba la mayor parte de su tiempo, observando a los barcos que pasaban mientras pescaba dorados y surubíes. El agua siempre iba a ser parte de su vida, de principio a fin.
“Disparen a hundir”, son las tres palabras que salen de la boca de Margaret Thatcher, primera ministra de Gran Bretaña. De los 1093 tripulantes del ARA General Belgrano, 720 hombres lograron subirse a las balsas mientras que 323 quedaron para siempre en las profundidades del mar argentino.
Rubén partió a las Islas Malvinas con el propósito de dar su vida por la patria. Su pasión por el agua desde pequeño se convirtió en una vocación de grande. Dejó a su mujer que, en ese momento, estaba embarazada de su hija. También a su hijo menor, que llevaba su mismo nombre. Una triste realidad con la que debieron convivir, pero con el orgullo de que no solo dio su vida por su país, sino también por su familia.