UN PICAFLOR ENAMORADIZO

Por: Santiago Croce

“Al primer hijo uno lo ama como a nadie en su vida”, dijo Lidia, la madre de Delis Héctor Brouchoud. Llegó al mundo el 19 de junio de 1951 en San José, Entre Ríos. Desde pequeño Delis fue un chico muy querido por su familia.

Su padre Héctor Brouchoud, le dio una pelota apenas nacido. Horas y horas se la pasaba pateando contra un paredón, rompiendo muebles y cuadros en toda su casa. Así fue cómo el más grande de sus dos hijos fue castigado más de una vez por romper algún vidrio.

Cursó la primaria en las escuelas Nº5 y Nº 83 de la ciudad. A los 16 ingresó a la Armada Argentina. Ya de adolescente, Delis se caracterizaba porque le gustaban, y mucho, las mujeres. Sus amigos lo cargaban con las chicas del barrio diciendo que estaba enamorada de todas, pero Manuel, su mejor amigo, siempre supo que Delis estaba enamorado de la única mujer que no le daba bola: “Se llamaba Mónica y tenía un pelo tan rubio que podía verse a dos cuadras de distancia”.

A los 17 años conoció a Martha. Comenzaron a charlar en los “asaltos”, como se llamaban a las fiestas entre adolescentes. Se flecharon y fue allí donde el amor comenzó: se casaron y hasta el día de hoy, ella asegura que sigue siendo su alma gemela, que lo guía desde el cielo.

A los 20 años, Delis debió cumplir con el servicio militar obligatorio. Pese a la poca experiencia en armas y técnicas militares, lo reclutaron para hacerle frente a las tropas inglesas que se aproximaban en suelo malvinense. Lo designaron como maquinista suboficial del Ara General Belgrano, donde falleció tras su hundimiento.