El amante de las plantas

Por: Julio César Porta.

Jorge Vélez nació el 4 de enero de 1948 y falleció en el crucero General Belgrano. Era tucumano y tras su muerte, su esposa decidió instalarse en Salta junto a sus tres hijos.

Su hijo mayor, Guillermo, tiene 47 años y su dolor sigue latente, como también las anécdotas antes, durante y después de la guerra. Para un chico común los héroes son siempre seres sorprendentes, visten capas, están en los cómics, en la televisión y son, sobre todo, inmortales. Y Guillermo lo supo porque su padre, Jorge Luis Vélez, fue uno de esos héroes. “Mi papá estaba en el barco. Un día fuimos a una reunión de ex combatientes y ahí alguien comentó que justo en el momento en que hicieron el cambio de guardia, mi papá fue a la sala de máquinas y ahí sucedió lo del torpedo. Mi papá falleció con todas las personas que estaban ahí”, dice quien tenía siete años, dos hermanos menores y una madre que al quedar viuda tuvo que ponerse el hogar al hombro.

A su padre, Jorge Luis, lo recuerda a través de pequeñas escenas, pequeños detalles,  pero imborrables. “Cuando éramos chicos vivíamos en un barrio militar y tengo un recuerdo lindo, de salir, ir a comprar a una granja, jugar al fútbol, ver a mi viejo que arreglaba un autito chiquito, uno azulcito que tenía”, relata. También se acuerda de la huerta de su padre: Jorge Luis había entrado a los 17 años a la Marina, pero le encantaba pasar tiempo con sus plantas. “Era un hobbie; también le gustaba mucho el boxeo, el tango, las carreras de auto”, y luego de unos segundos recupera un dato: “Le gustaba cantar La pulpera de Santa Lucía”.

Tras mudarse a Salta, volver a clases fue extraño para Guillermo: “En los actos del colegio recordaba a mi papá y me ponía triste, pero después aprendí a sentir orgullo”.