Una luz cegadora lo abatió en altamar

Por: Jessica Meza y Santiago Fiorda.

Una bengala centelló en la noche y fue una señal de muerte en aguas del Atlántico Sur. Aquella luz mortal marcó el destino de Víctor Jesús Benzo, nacido el 21 de setiembre de 1948. Momentos después, una bala de cañón le quitó la vida.

Pasaron 39 años. Benzo era un sargento ayudante del Ejército. Era mecánico óptico del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas (antes CITEFA, ahora CITEDEF). El experto fue uno de tantos en las tropas enviadas a Malvinas por la dictadura del general Leopoldo Galtieri.

Benzo egresó de la Escuela de Mecánica del Ejército “Teniente coronel Fray Luis Beltrán”, el 26 de febrero de 1962. En el momento de la recuperación de las islas por comandos de la Armada, la acción que desató el conflicto armado, el sargento llevaba 20 años en las fuerzas armadas.

Su vida, la de su esposa, María Nardulli, y la de sus tres hijos, Mariana (de nueve años), Verónica (de siete años) y Matías (de dos años) cambiaron para siempre el 10 de mayo de 1982.

Benzo estaba embarcado en el ARA ”Isla de los Estados”, en momentos del transporte, entre otros pertrechos, un lanzacohetes denominado SAPBA. Su poder de fuego se basaba en cohetes de 127 milímetros, de corto alcance.

El destino asignado por la fuerza para aquellos materiales bélicos era el llamado Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS).

El barco quedó de pronto al descubierto, iluminado en altamar. La bengala atravesó la oscuridad nocturna y lo convirtió en un blanco visible. El artefacto luminoso marino había sido lanzado desde el buque inglés HMS ¨Alacrity ¨.

El ARA Isla de los Estados recibió dos impactos de bala de cañón. El primero hizo volar el puente de mando. El segundo ocasionó una explosión que provocó el escorado y hundimiento de la nave. Murieron 21 de los 23 tripulantes, entre ellos Benzo.

Después de 36 años, en agosto de 2018, sus restos fueron identificados en el Cementerio de Darwin, en la Isla Soledad, junto a cientos de sus compatriotas.

Ambos, después de tanto tiempo, dejaron de ser Soldados Argentinos Solo Conocidos por Dios, como rezaban, en inglés, las leyendas de las blancas cruces sembradas en Darwin. Casi no hay ya cuerpos sin identificar por la labor de la Cruz Roja y el prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense.

En 2018, veteranos de guerra zarateños viajaron al archipiélago, en uno de los viajes humanitarios pactados por los gobiernos argentino y británico, y pudieron dar su merecido homenaje a Benzo.