Marcelo Rosasco (ex combatiente, periodista, docente de Tea y Deportea).

Este 2 de abril se cumple un nuevo aniversario, el número 40,  del desembarco de las tropas argentinas en nuestras Malvinas, en un contexto que no debe soslayarse: fue el último intento de la dictadura, que había usurpado el poder en 1976, para garantizarse impunidad e instalarse en la memoria colectiva como la abanderada de una causa justa y noble. Sin embargo, la improvisación, la desidia y la impericia con la que se manejó el conflicto armado derivaron en la rendición incondicional 74 días después, con un lamentable saldo de 649 caídos en los campos de batalla, cifra superada en estas cuatro décadas producto de la negligencia del Estado en cuestiones muy sensibles y básicas, como la salud o la falta de políticas que alentaran la inserción social de los sobrevivientes.

Es en todo este marco y con el pretexto y la oportunidad de la fecha “redonda”, Tea y Deportea lleva adelante esta producción especial a cargo de sus alumnos y alumnas, para dejar constancia no solo del valor y del patriotismo con el que las víctimas regaron con su sangre las islas; también para mostrarlos como  jóvenes que, a los 20 años, vieron truncar sus sueños y proyectos en una  guerra absurda a la que fueron enviados sin miramientos. Muy especialmente a mis queridísimos Francisco “Rifle” Pandolfi, impulsor original de la idea; a Federico Sosa, por el diseño de la página web y al todoterreno Marcelo Massarino, que se pusieron el equipo al hombro como nadie cuando entrábamos en tiempo de descuento.

Como periodista, docente y veterano de Malvinas siento orgullo y quiero agradecer la seriedad, el compromiso profesional y el amor con el que cada uno de los que forma parte de este trabajo respetó con rigor la búsqueda de información, la redacción y la edición, en esta causa tan noble. Y por sobre todo, el apoyo de mis compañeros y compañeras docentes que día a día, a través de sus intercambios, comentarios y observaciones, me hacen sentir un poco mejor en un lugar con el que me identifico, y que pusieron el hombro en este proyecto.

Espero, de todo corazón, que las historias con las que se van a encontrar sirvan para conocer a nuestros verdaderos héroes y para seguir sembrando conciencia acerca de la innegable e innegociable soberanía argentina sobre las Islas Malvinas. Y para que nuestros muertos descansen un poco más en paz.