EL SOLDADO QUE SOÑABA TENER MUCHOS HIJOS
Por: Guido Fernández Castillo
A los 12, Francisco Cáceres dejó su Santa Fe natal para mudarse a Buenos Aires, donde estudió en la Escuela Mecánica de la Armada dos años para luego ser trasladado a Río Santiago, lugar en el cual quedó internado 4 años para continuar su formación en la Escuela Naval Militar. Decidió que seguiría la carrera de Artillería Naval en el Puerto de Buenos Aires y se recibió.
Tenía 24 cuando fue a un baile de chamamé que se hacía los 8 de diciembre por el día de la Virgen y conoció al amor de su vida, Delia Cornejo. Por su profesión, tuvo que irse a navegar un mes, pero cuando volvió fue a buscarla. Al poco tiempo ya eran novios y a los ocho meses se casaron.
Uno de sus sueños era formar una gran familia de ocho hijos. Al año del casamiento tuvieron a la primera y tres años después a la segunda. Debido a su trabajo no pudo estar en ninguno de los partos, aunque pudo conocerlas días después de sus nacimientos. Solía pasar algunos meses fuera, aunque al volver les dedicaba todo su tiempo. Si bien era serio con las personas que no conocía, en su hogar era un tipo alegre y cariñoso.
La felicidad continuó cuando Delia quedó embarazada por tercera vez. Al cuarto mes todo cambió porque debía irse a Puerto Belgrano, para embarcarse en el Crucero General Belgrano con destino a las Malvinas. Al enterarse, ella rompió todos los papeles que tenía su marido para viajar, pero él le explicó que quería ir a defender a su patria. El 2 de mayo de ese 1982 el crucero fue hundido por un submarino británico y Francisco falleció a cinco meses de cumplir 30 años. Nunca pudo conocer a su tercera hija ni tampoco dejar los 8 descendientes que pretendía. Sí dejó el recuerdo de ser un gran padre y un excelente esposo, que vivió siempre por y para su familia.