Conscripto
Categoría: Armada (Page 20 of 40)
Suboficial Segundo
El miedo a no regresar
Por: Maia Herbes.
Aquella tarde del 2 de mayo de 1982 acabó con la vida y sueños de varios integrantes de la tripulación del crucero ARA General Belgrano. Entre ellos se encontraba Pedro Ricardo Horszczaruk, un joven de 19 años con miles de sentimientos encontrados: felicidad por defender la bandera de su país y convertirse en un héroe, pero aterrado por la idea de no volver con vida de Malvinas.
Era un adolescente más en camino a la adultez. Vivía con sus padres en Merlo, de donde también eran sus amistades más cercanas. Era soltero. Nada tenía que ver Pedro con la Armada Argentina hasta que le llegó la orden para realizar el servicio militar. Tras el período de instrucción su destino fue el crucero, al que fue dispuesto a defender sus derechos soberanos y el de los argentinos en el Atlántico Sur .

Quienes lo conocieron aseguran que existía en él cierta inocencia en relación a la guerra, pero la dura realidad del conflicto lo golpeó fuerte: dos torpedos lanzados por un submarino británico ocasionaron el hundimiento del Belgrano. Parte de Horszczaruk y de su espíritu aún permanecen en el océano, así como también su legado de héroe nacional.
La valentía de este soldado no tardó en ser reconocida: post mortem fue ascendido a Cabo Segundo por el decreto 342/95. Pero quienes más honraron su identidad fueron sus padres, porque al tiempo de finalizar la guerra se unieron a la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur para aportar fotografías e información sobre su hijo. Así, se unieron al dolor de quienes perdieron un familiar en la Guerra.
Laburante eterno
Por: Aymara Vera.
Con la frase “…por los colores de mi patria doy la vida, como lo hicieron los soldados en Malvinas…” termina una canción que se canta cuando juega la selección de fútbol, pero ¿qué conocerán los argentinos de estos soldados?
De padres inmigrantes –mamá rusa, papá alemán–, Enrique Joaquín Hüdepohl nació un 30 de octubre, como Diego Maradona, pero en 1947 y en la ciudad de Luján. Como ocurría a menudo, el soldado no pudo terminar la escuela secundaria porque su padre decidió que trabajara con él en su campo.
Enrique no se conformó con aprender solo un oficio y se instruyó en la pastelería mientras era empleado en una panadería. Sin embargo, su currículum no acabaría en esos dos oficios, ya que lo más destacado de su personalidad era su entrega al trabajo.
En 1971 se casó con Mirta Isabel Baldelli, con quien tuvo dos hijas, Mercedes y Florencia. Luego ingresó en Transportes Navales, a la par que seguía estudiando para conseguir el título de Oficial Civil. La meta de Enrique era progresar y darle una buena vida a su familia.
En este trabajo, tenía programado un viaje al mes con destino a las Islas Malvinas donde proveían a la población de productos para su subsistencia. Cuando comenzó la guerra fue convocado para abordar el buque “Islas de Los Estados”, que debía atender misiones de transporte en las aguas de Malvinas.
Como destaca su hija Mercedes, la responsabilidad de su padre era absoluta. De hecho, fue a trabajar aunque estaba de licencia, mientras quienes debían cumplir sus funciones no lo hicieron. Como dice la canción, Enrique dio la vida por los colores de nuestra patria y falleció luego de que el buque fuera hundido por las tropas inglesas.
Marino Mercante
Un cachito de Morón
Por: Fiamma Netto.
“Cuando hizo base en el sur, le mandó por correo una postal a mi mamá y le dijo: ‘Mamá no sé cuando vuelvo pero acuérdese que la quiero mucho, un beso para todos mis hermanos y papá’. Esa fue la última vez que tuvimos comunicación con él”, relata su hermana Gladys.

Luis Alberto Ibáñez nació en la localidad bonaerense de Morón y a los 19 años fue sorteado para hacer el servicio militar obligatorio. Su destino fue el crucero General Belgrano. Su madre Luisa Romero de Ibáñez homenajeó a los 323 fallecidos tras el hundimiento del buque construyendo una plazoleta.

De contextura grande, morocho y alto, era muy compañero, respetuoso y laburador. Trabajaba en una gomería y uno de sus sueños era tener una propia: “Gomería Cachito”. Con el sueldo que le pagaban por ser conscripto, le enviaba ese dinero a su padre para que le fuera comprando lo que iba a necesitar para levantar su local.
Sin embargo, su anhelo quedó trunco el 2 de mayo cuando la flota inglesa hundió el crucero. La ciudad natal de “Cachito” lo honra con una calle al sur del distrito: “Conscripto Ibáñez”. En la Escuela 5, donde hizo sus estudios primarios, la biblioteca de la institución tiene su nombre en honor a Luis Alberto Ibáñez.
Conscripto
Conscripto
Defender la patria a los 16
Por: Lucas Donia.
Sí, 16. Ángel Ricardo Juárez tenía sólo 16 años cuando se convirtió en uno de los 323 soldados fallecidos en el ataque de un submarino británico al Crucero ARA General Belgrano.
“Yo me quiero ir, aquí no hay futuro para mí, quiero hacer otra cosa”, le decía a Berta, su madre, sobre su Ranchillos natal, una pequeña localidad rural en el departamento de Cruz Alta, Tucumán. Él trabajaba en el campo con Ángel Juárez, su padre, y quería dejar de cosechar caña con el tractor. Con 15 años decidió rendir las tres materias de la Delegación Naval provincial para entrar en la Escuela de Mecánica de la Armada. Habían entrado 130 aspirantes, pero muchos no aguantaron las exigencias y pidieron la baja. “Vos no te preocupés, ya me he acostumbrado”, le decía a Berta mediante cartas. Un año tardó en recibirse de marinero para, en enero 1982, ser trasladado al Belgrano.
En uno de sus dos francos, Ángel llevó a la madre con él a Buenos Aires, lugar al que no había ido jamás: “Quiero que me acompañes porque si no vas conmigo ahora, no vas a ir nunca más”. Allí separaron caminos y se vieron por última vez.
Junto a sus compañeros del Crucero ARA General Belgrano partieron desde Bahía Blanca con rumbo a las Islas Malvinas. El recuerdo de muchos de ellos, caídos en combate, se encuentran en Ushuaia, en un monumento de ocho metros. Una escuela de la comuna Rural El Naranjito, en Cruz Alta, lleva el nombre de Ángel Ricardo Juárez. Lleva el nombre de un héroe nacional.
Conscripto