EL TUCUMANDO QUE CRIABA ANIMALES

Por: Luca Saglietti.

2 de mayo de 1982. Dos torpedos lanzados por el submarino británico Conqueror impactaron en el crucero A.R.A General Belgrano. Nieve Claudio Condorí fue uno de los 23 tucumanos que fallecieron a bordo. Vivía junto a sus padres y hermanos en Rodeo Grande. “Fue un alumno ejemplar, de campo, trabajador, que no le tenía miedo a nada”, cuenta Guillermina, la hermana menor.

De niño jugaba mientras cuidaba a las cabras por los cerros. Además, también crió y adiestró a una cruza de gato común y gato montés. “Le gustaba descubrir cosas nuevas, por eso se anotó a la Marina. Quería salir del campo”, explica su hermana.

Desde Ushuaia envió una carta a su familia contando la convocatoria de urgencia al General Belgrano, pero aclarando que no se preocuparan porque no habría guerra. Sin embargo, las noticias en 1982 no eran esperanzadoras. “Mi mamá llevaba días sin escuchar la radio porque sentía un rumor de que podría empezar la guerra. La apagaba para no enterarse de nada”, se acuerda Guillermina. Y agrega sobre el ataque fatal al Belgrano: “Tras enterarse de la noticia, mi mamá se encerró en su mundo. Mi papá se encargó de todo”.

La muerte de Claudio Nieve Condorí conmocionó a toda la familia. Rememora su hermana: “Mi papá, Nicolás Clemente Condorí, no soportó la noticia. No se rió más. Fue lo peor para él. Para mamá, Andrea Isabel Díaz, fue muy difícil aceptar que no iba a volver más”. Guillermina sueña volver a verlo caminando por el pueblo.