HERÓICO HASTA EL ÚLTIMO MINUTO
Por: Valentina Bacigalupo.
Héctor Abel Cerles siempre llamó la atención de sus compañeros. Desde el primario. No solo por ser el más alto del aula sino por su solidaridad. Una esencia que mantuvo de pequeño. “Le decíamos ‘El colorado rebelde’, pero aquella rebeldía la usaba siempre para ayudar”, dice con la voz entrecortada Roberto Borges, un compañero de la Escuela Primaria N° 141, quien 25 años después de la última vez que lo vio, encontró una foto en el Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas de La Matanza. Se enteró ese día que Héctor y dos compañeros más también habían estado en la guerra. De cuatro, regresaron tres. De esos tres, uno es Roberto.
El 14 de junio de 1982 a las siete de la mañana, en el Monte Tumbledown, los soldados se rindieron por orden de su jefe, el teniente de corbeta Carlos Vázquez, ya que habían consumido totalmente sus municiones y se encontraban imposibilitados de controlar el combate. Sin armas para dar batalla, Héctor Abel Cerles fue baleado por un inglés luego de intentar detener el asesinato de su compañero José Luis Galarza a quien le clavaron una bayoneta en el cuello. Como dijo su amigo, siempre protegiendo a sus pares.
Actualmente la escuela primaria en donde transitó su niñez posee una placa en honor a Abel. Esta fue colocada por su hermano y Roberto Borges, para que La Matanza y todo el pueblo argentino lo recuerde como aquel soldado que dejó la vida por su país.