De Punta Alta a la eternidad

Por: Gianluca Cimino.

El 24 de octubre de 1953, en Punta Alta, provincia de Buenos Aires, nació Orlando Adrián Escobar, quien aprendió a sacrificar su vida antes de vivirla. Malvinas no fue la excepción.

El Cabo Principal fue a la guerra con honor y miedo. En 1981 Adrián tenía 29 años y cumplía el servicio militar en la Base Naval Puerto Belgrano. Después de dos meses de instrucción lo destinaron al crucero General Belgrano, buque insignia de la Armada Argentina. El 16 de abril de 1982 partió con su tripulación rumbo a las Islas Malvinas.

Luego de algunas operaciones en alta mar, el crucero fue interceptado fuera de la zona de exclusión por dos torpedos del submarino británico Conqueror que provocaron su hundimiento el 2 de mayo. El cabo primero estaba durmiendo; media hora antes había cambiado el turno. Su compartimiento se encontraba en proa y dormía en la tercera cama. El primer torpedo pegó en popa y el impacto lo tiró al piso. En ese instante se cortó la comunicación, no había electricidad y nadie podía escuchar las órdenes. Sintió que otro torpedo había alcanzado al crucero.

“No puedo transmitir el dolor que sentí, no puedo hacerles vivir esa experiencia; me alegra tener el suficiente coraje de no ponerme a llorar”, expresó el compañero de Adrián, Daniel Agüero, en su relato detallado y dramático.

Daniel Araya, tripulante de la embarcación, recuerda a su amigo: “Todos tienen que saber que Adrián Escobar era una persona muy valiente y fuerte; teníamos un grupo de combatientes, un grupo de ciudadanos de esta tierra que fueron a pelear un día por nuestro territorio, por la herencia de nuestros hijos”.