Marinero de corazón

Por: Martín Río.

Llegaron los últimos días de marzo en 1982 y al militar y maquinista de 32 años le comenzaron a venir muchos pensamientos negativos. No era para menos: debía ir a defender a su patria, a su tan querida Argentina, nada más ni nada menos que ante una potencia mundial como Inglaterra. “Nos decía que tenía un mal presentimiento, que no creía poder volver. Y así se despidió de su familia, porque desde un principio creyó que iba a ser muy difícil ganar la guerra”, cuenta su hermana Marta Correa.

“Ya de chico siempre quiso ser militar. Más precisamente desde los 14 años cuando comenzó en la Escuela Naval Argentina. Siguió los pasos de sus dos tíos, quienes también pertenencían a la Armada y compartían la misma pasión”, comenta su hermana.

H. Correa

Héctor Basilio Correa nació el 22 de agosto de 1949. Alto, de gran porte físico y bastante robusto. Su mayor sueño era trabajar en la Marina y colaborar con su familia, más precisamente a su madre, su mayor debilidad afectiva.

“Mi hermano era muy buena persona, un hombre de muchos valores que se preocupaba constantemente por su familia. Siempre estaba buscando la manera de poder ayudarnos a salir adelante”, agrega Marta Correa.

Su hobbie preferido era jugar a la pelota. Fanático de Boca, cuando podía seguía muy de cerca la campaña del Xeneize y aprovechaba sus tiempos libres para jugar algún partido con sus amigos.

Como tripulante viajó por varios países, una de las cosas que más le gustaba de su trabajo. El 2 de mayo de 1982 falleció luego de que los ingleses atacaron el crucero General Belgrano. Dejó de latir, su corazón de marinero.