EL LEGADO DE AYUDAR
Por: Tomás Ferreri
Julio Antonio Cardozo nació el 27 de enero de 1956 en el marco de una familia numerosa y humilde, con valores y respeto para con el prójimo, por sobre todas las cosas. Desde muy niño, las calles de tierra y sin cordones de uno de los barrios más humildes de Corrientes capital los vieron crecer. No faltaba la tarde en la que Julio llegara corriendo a su casa después de la escuela para merendar con su madre y dos hermanos.
El trabajo fue algo que aprendió de temprana edad. Nadie le iba a regalar nada, y para una familia humilde que soñaba viajar a los lugares que veían por televisión o escuchaban por la radio, el laburo constante era la única forma de acercarse a ese sueño. Cuando terminó la primaria se ofreció a vender verduras para colaborar con su familia. El salario no era muy bueno para la época, pero el agradecimiento de sus hermanos y el orgullo de su madre era inmenso. Ayudar era su misión. Vivió y murió por esa razón.
A los 16 años, Julio cumplió su sueño de ingresar a las Fuerzas Armadas. Ya dentro de la milicia, se casó con Catalina Cabral, su esposa, quien fue la primera que recibió la noticia menos esperada. El 2 de mayo de 1982, el ARA General Belgrano fue derribado. Julio Antonio Cardozo fue uno de los 323 fallecidos del Crucero.
Sus restos no se encontraron, pero sus recuerdos no se borran.