El santo tucumano

Por: Guillermo Rojas.

René Antonio Escobar fue uno de los soldados desaparecidos en el Crucero Ara General Belgrano, el 2 de mayo de 1982, exactamente a un mes de comenzada la Guerra de Malvinas. Aunque conseguir información suya fue todo un desafío.

En la Casa de los Caídos en el General Belgrano, presidida por Jorge Páez, no existían muchos datos sobre René. No más que su legajo, el cual incluye su documento (16176679), su procedencia (Villa Mariano, Tucumán) y su fecha de nacimiento (22 de agosto de 1963). Ni siquiera una foto. En palabras de Páez: “Los soldados de los que no hay imágenes, que son pocos, es porque generalmente eran conscriptos que no tenían pensado seguir una carrera militar”.

Sí hay una nota publicada en el diario La Gaceta de Tucumán, como oasis en el desierto. En ella, algunos familiares hablan sobre él: su hermano, su hija y su tía aportaron su testimonio. René era panadero y con ese dinero ayudaba a su familia económicamente; además, era el mayor de siete hermanos.

Ellos lo veían como un referente y los convirtió en hinchas de San Martín de Tucumán (uno de los dos equipos más importantes de la provincia). Junto a Rafael, uno de sus consanguíneos, y Rubén, su primo, seguían al Santo a todos los rincones del país. Por aquellos años, el equipo de la Ciudadela disputaba el Torneo Nacional de la Primera División. Es más, llegó a ser arquero en las divisiones inferiores. La última vez que sus familiares lo vieron fue en octubre de 1981, cuando se incorporó a la Armada para cumplir con el servicio militar.