Con la música tatuada en la piel
Por: Gerardo Damián Abraham.
Las personas que lo conocieron concuerdan: fue un joven generoso, compañero y de una personalidad muy especial. Siempre tenía una sonrisa, una palabra de aliento y nadie recuerda haberlo visto enojado. Excepto la noche del 11 de junio de 1982, durante el combate de Monte Longdon, donde con 21 años y en un perfecto inglés le gritaba a sus enemigos: “Fuckers! Son of a bitches! ¡No van a pasar, mother fuckers!”.
Claudio era hijo único, clase 60, pero había pedido una prórroga para terminar sus estudios secundarios como técnico químico, por lo que figura en los registros como “Soldado Conscripto Clase 62”. Invitaba a sus amigos a escuchar vinilos importados “inconseguibles” de Led Zeppelin, Pink Floyd y AC/DC. Con su novia Claudia se pasaban escuchando música. Él viajaba mucho con sus padres y traía novedades de Londres sobre su grupo favorito: The Beatles.
Sabía mucho de música y tocaba batería como un profesional. Le gustaba “The Wall”, de Pink Floyd, y Claudia lamenta que no llegó a ver la película. “Siempre me hablaba de Roger Waters sin saber que años después iba a ser activista y precursor en solicitar la identificación de los enterrados en las Islas Malvinas”.
Como parte de la Compañía de Ametralladoras de la Marina, Scaglione fue destinado a Monte Longdon, una de las batallas más sangrientas. Algunos sobrevivientes dicen que se lo llevaron en andas dos ingleses tras asestarle un bayonetazo porque no se quería entregar. Otros, que solo pudieron acallar su arma 12,7mm con un misil anti tanque.
Amaba a los animales y la naturaleza. En sus últimas cartas desde Malvinas contaba sobre el hermoso paisaje, el cielo azul, el viento constante y sus compañeros.
La madre de Claudio, Nilda, falleció el 9 de agosto de 2016 con la convicción de que su hijo permanecía con vida. Pero su cuerpo fue identificado en 2018. La cruz blanca de yeso ubicada en el Sector A, Fila 3 del cementerio de Darwin tiene una placa que reza: Scaglione, Claudio Norberto.