“CACHO” ETERNO

Por: Matías Steinberg.

Un flaco alegre y simple, de esa gente que te transmite felicidad por donde va. Siempre bien generoso y desinteresado con el resto. Nacido el 19 de mayo de 1950 en la ciudad de Tostado, Santa Fe, Abel Eugenio Coronel fue uno de los héroes caídos en Malvinas.

Se dice que en Tostado nada es igual desde el 2 de mayo de 1982. Las baladas de José Luis Perales jamás volvieron a sonar igual, los partidos de fútbol entre semana no volvieron a ser lo mismo y los bailes de carnaval en la ciudad perdieron su esencia. Todo con la partida de “Cacho”, aquel muchacho bailarín y luchador que partió por un viaje de estudio y la mala suerte hizo que coincidiera con la guerra.

Abel E. Coronel

Su familia lo vió por última vez en la base naval de Belgrano, de donde zarpó y jamás volvió. 16 días después del último abrazo, el crucero ARA General Belgrano fue hundido por el submarino británico HMS Conqueror. El impacto fue a las 16.23, generó que el comandante Héctor Elías Bonzo diese la orden de abandonar la nave, ya que había daños irreversibles. Pocos días después, con la lista de difuntos, se supo que entre aquellos hierros retorcidos en el fondo del Océano Atlántico quedó atrapado el cuerpo de “Cachito”, uno de los 323 que fallecieron esa tarde.

Su pérdida fue dolorosa para su esposa Juana Falcón, con la que compartió 4 años de casado y con la que tuvo a Cristian, su hijo de 2 años al que no pudo ver crecer.

En su pueblo el legado que dejó será eterno y nunca lo olvidarán. La calle donde está su casa lleva su nombre, al igual que el salón de actos de la escuela primaria. En la terminal de ómnibus de Tostado hay una placa que lo recuerdo. Un pequeño mimo para la familia y el barrio que lo recuerda como lo que era, un flaco desinteresado y feliz.